El otro día vi a un conocido periódico español posicionarse a favor de una manifestación de estudiantes en Venezuela que acabó con enfrentamientos con la policía, diversos heridos y hasta tres muertos. Me pareció cuanto menos sorprendente, ya que este periódico hace justo 2 años había criminalizado a los estudiantes que participaron en la ‘Primavera valenciana’ cuando protestaban contra los recortes en educación y hasta publicó en portada a cuatro de ellos tachándolos de vagos. Este mismo periódico, hace apenas dos meses criminalizaba a los vecinos del barrio de Gamonal de Burgos que simplemente protestaban contra la especulación en su barrio. La pregunta es obvia, ¿Por qué en este caso sí se posicionaba a favor de los estudiantes venezolanos?
La respuesta es clara, más que un sesgo informativo, lo que de verdad está ocurriendo en Venezuela es una tergiversación de los ‘mass media’ occidentales, los hechos ocurridos en Venezuela se cambian y se adaptan a favor de los intereses de estos medios de comunicación. En la actualidad, los medios de comunicación nos están haciendo ver que en Venezuela se está produciendo poco menos que una guerra civil, pero la verdad es bien diferente. Venezuela tiene 355 municipios, sólo en tres de ellos se están produciendo protestas: en Chacao (Área Metropolitana de Caracas), en Libertador (Mérida), y en San Cristóbal (Táchira). Pero lo más llamativo es que esos tres municipios son gobernados por alcaldes de la oposición y éstos todavía no han tomado medidas para impedir estos brotes de violencia que están ocurriendo en sus localidades.
En relación con la información anterior, surgen muchos argumentos reclamando la poca libertad de expresión que existe en Venezuela. Según la mayoría de medios de comunicación extranjeros la libertad de expresión está coartada, sin embargo este argumento procedente de la oposición también se puede derrumbar fácilmente. En 1998, existían en Venezuela 587 estaciones de radio y televisión, el 92,5% de ellas privadas y el resto públicas. En estos momentos, hay 938, de las cuales el 70% son privadas, el 25% comunitarias (de barrios y municipios) y el 5% públicas. Además, diariamente podemos ver en los medios de comunicación privados llamamientos al golpe de Estado contra un gobierno legítimo, en un país donde se han celebrado 19 elecciones en los últimos 15 años.
También se ha hablado mucho de que estas protestas está compuesta de mucha gente joven porque éstos “están cansados del régimen chavista y no aguantan más al gobierno”, sin embargo, si observamos la demografía de Venezuela estamos hablando de un país donde el 60% de la población tiene menos de 25 años. Con esta demografía que caracteriza al país es impensable que Chávez y Maduro hubiesen ganado tantas elecciones sin el apoyo de la juventud. Venezuela es el quinto país del mundo en número de universitarios matriculados (cuenta con 2 millones de universitarios, según los datos de la UNESCO). La educación es gratuita desde preescolar hasta los estudios de posgrados y el transporte público está subvencionado para los estudiantes, es curioso pensar que los estudiantes están en contra de un gobierno que apoya y está invirtiendo fuertemente en la educación. Estos datos nos hacen pensar de qué clase proceden los estudiantes que participan en las protestas.
El presidente Nicolás Maduro ha sido claro en repetidas ocasiones llamando al consenso pero es obvio que esta oposición no quiere diálogos y está buscando la ruptura del hilo constitucional y llevar a la población al enfrentamiento en las calles. La actuación de la oposición fomentando la inestabilidad política y la deslegitimación del gobierno en la calle es muy similar a la que realizó la oposición chilena para derrocar al Presidente Salvador Allende, con la ayuda de EEUU. En este caso, según diversos medios de comunicación que no son acusados precisamente de chavistas, la oposición ha recibido 5 millones de dólares de la Administració14n Obama, y está previsto por el Congreso de los estados Unidos que sea financiada con 15 millones más . Mientras tantos, los organismos internacionales latinoamericanos han mostrado su apoyo al gobierno venezolano.
Otra noticia que podemos ver constantemente en los medios de comunicación es la escasez de productos de primera necesidad que existe en Venezuela, observando los datos de la FAO uno de los logros más importantes de la revolución bolivariana ha sido la erradicación del hambre, en Venezuela se ha reducido de una forma importante las desigualdades sociales en los últimos 15 años y se come cinco veces mejor que hace 15 años. Pero la gran pregunta a la que se llega es si la escasez denunciada realmente es por culpa del gobierno. La realidad es que el 70 % del sector productivo está en manos privadas, en los últimos años ha aumentado el consumo de alimentos, de servicios y de bienes de equipo y la empresa privada ha sido incapaz de responder a ese aumento. Aún así, las importaciones han disminuido un 35% y el PIB ha sido triplicado en los últimos 10 años. La tarjeta “de racionamiento” llamada por la oposición ha sido incorporada para evitar el acaparamiento de productos básicos y su posterior especulación en el mercado negro.
Por lo tanto, analizando los movimientos que ha realizado la derecha podemos comprobar una cosa: la derecha está compuesta por un conglomerado de poderes que no es tan homogéneo como parece a simple vista, la derecha entre sí puede discrepar en muchas cosas pero tienen una cosa clara, su objetivo principal es ostentar el poder y cuando no lo puede conseguir por medios democráticos, no duda en hace todo lo posible (incluso en ayudarse de la violencia) para recuperarlo. Venezuela no es un caso aislado, durante la segunda república española (para muchos el período más democrático de la historia del Estado Español) pudimos comprobar cómo los poderes fácticos que siempre habían gobernado nuestro país (oligarquía terrateniente, iglesia…) vieron afectados sus intereses y no dudaron en hacer todo lo posible por desestabilizar políticamente al país, y en utilizar al ejército (con ayuda, por supuesto, del fascismo europeo) para recuperar ese poder que la segunda república española democráticamente, les había arrebatado.
Pero no hace falta salir de América Latina, como ya he dicho antes tenemos la experiencia chilena de Salvador Allende y en los procesos que se están dando actualmente en Bolivia y Ecuador, donde cualquier excusa es buena para arremeter (por parte de la mayoría de medios de comunicación occidentales) contra estos presidentes legítimamente votados y con un apoyo popular bastante más grande que el que tienen la mayoría de dirigentes europeos.
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